No hay mejor discurso sobre “quiénes somos”, que el que se bebe de nuestras botellas; no hay mejor empresa que la honestidad, el trabajo y el corazón que se pone en el camino. Y eso somos nosotros, entonces.
Bajo estas premisas, y con un largo viaje como bebedores consuetudinarios que disfrutan del buen mezcal, nos encontramos en el camino con el Maestro Armando Martínez, con su generosa familia y con la gente buena de Soledad Salinas Quiatoni, en Oaxaca. Probamos su mezcal, conocimos su filosofía y nos enamoramos juntos de lo que sienten por el el maguey y su destilado, el mezcal, pero entendimos, sobretodo, lo que ha significado histórica y culturalmente para el pueblo zapoteca desde épocas de más antes. Y venimos a que Ustedes también lo beban.
¡El espíritu es compartirlo!